Asistí a esta Asamblea junto con Rosario de Barcelona y Jesús de Valladolid, encargados en aquel entonces de representar a Juventud Idente de España en el CJE (Consejo de la Juventud de España), máximo órgano de representación en materia de juventud a nivel estatal (y órgano consultor de, por ejemplo, el INJUVE, del que dependían algunas de las más importantes subvenciones que recibía nuestra asociación).
Y asistí de manera accidental, porque JI de España era entonces entidad de pleno derecho (actualmente es «sólo» entidad observadora, un estatus diferente) y tenía asignados tres delegados, con derecho a voz y voto. Yo era el tercero, porque no fue posible que en esas fechas pudieran viajar a Madrid las otras personas previstas.
Me impresionó la grandiosidad del evento: esta asamblea tuvo lugar en el Hotel Melià Princesa, en pleno centro de la capital, un hotel de lujo (creo recordar que entonces tenía cinco estrellas, la primera que yo me alojaba en uno así … y creo que también la última :-), hecho que fue criticado por algunas de las entidades por considerarlo (como también era mi caso) excesivo en cuanto a gasto teniendo en cuenta que los participantes éramos todos gente joven y sin problemas para asumir alguna que otra incomodidad de hoteles de menos estrellas. La respuesta oficial fueron las necesidades de albergar a tanta gente, con la seguridad adecuada por la presencia de personalidades públicas y la dignidad que merece un evento así.
En la inauguración de la Asamblea, recuerdo que intervinieron Manuel Pimentel, que entonces era el Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, José María Fidalgo, que poco después fue elegido secretario general del sindicato Comisiones Obreras.
La asamblea sirvió para renovar la comisión permanente del CJE: la nueva (candidatura única) estaba presidida por Julio del Valle de Íscar (de ASDE – Scouts de España), que en 2001 nos visitaría en la presentación del Proyecto JOVINS a nivel nacional que tuvo lugar en Valladolid, participando además en la mesa redonda que allí tuvo lugar.
Más detalles que recuerdo: la gran cantidad de información que nos repartieron como dossier al inicio de la asamblea (y que ojeé como pude para intentar ponerme «al día»), las tablas que tenían Jesús y Rosario para manejarse en ese interesante mundo de las relaciones exteriores y su elegante manera de comportarse como la cara comunicativa de JI en ese ámbito, junto con la no siempre sencilla tarea de tomar decisiones en todo tipo de votaciones a las resoluciones presentadas por otras entidades políticas, sindicales, de tiempo libre … (por lo que era necesario estar muchas veces en contacto con la OFIE, en tiempos en que el uso del móvil aún no estaba del todo generalizado). Y también recuerdo lo agradable de conocer otras personas de diferentes entidades y lugares, pero con bastantes objetivos comunes en materia de juventud, asociacionismo, ganas de cambiar el mundo, … en resumen gente estupenda e idealista que representaba a esa juventud que no siempre sale en los medios.
Pero sobretodo me quedo con la importancia de las relaciones exteriores para nuestra asociación, y el fundamental papel que JI de España protagonizó en esa época en las más altas instancias de representación estatal a nivel de juventud y voluntariado.
Por cierto, no me llevé cámara de fotos en esta ocasión. Me tengo que conformar con las de la carpeta que conservo y me sirve de recuerdo…