Rebut per email el 18 de juny de 2011, amb el següent encapçalament:
«Avui al principi del programa Carne Cruda de Radio 3 han fet aquesta
reflexió sobre la manipulació mediàtica i política que estan fent els
grans mitjans de comunicació i els polítics arrel dels esdeveniments a
Barcelona, i m’ha semblat genial…
I recordar que aquest diumenge 19 manifestació contra el pacte de
l’euro! Que què és? Reducció dels sous de tots, augment de la jornada
laboral, i més:
http://tomalapalabra.periodismohumano.com/2011/06/16/el-19-j-contra-el-pacto-del-euro-democracia-real-en-europa-%C2%A1ya/
http://movimient15m.org/?page_id=25″
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MÁS INDIGNADO
En el juicio mediático y político contra el 15 M, me declaro más
indignado. Más indignado si cabe.
Más indignado porque se han atrevido a llamar “indignos” a todo un
colectivo por los actos de una minoría pero se escandalizan si un
ciudadano llama “chorizos” a toda la clase política por los delitos de
unos cuantos.
Más indignado porque se indignan los indignantes pero aún no se han
dignado a recibir y a escuchar a uno sólo de los ciudadanos que llevan
más de un mes manifestándose y acampando por una democracia mejor. Más
indignado porque la violencia de unos pocos en unas pocas horas ha
servido a los políticos y a los medios que les amparan para
desprestigiar de un plumazo la resistencia pacífica, la iniciativa
democrática y el trabajo tenaz de miles durante más de un mes.
Más indignado porque esos políticos y medios sólo llaman “violencia” a
los empujones, pintarrajos y salpicaduras de unas pocas personas
contra unos pocos diputados pero no les parece violento ni les merece
la misma contundente condena el paro que afecta a casi 5 millones de
habitantes ni los sueldos de 400 euros, los recortes sociales, la
privatización de la sanidad y la educación públicas, el aumento de la
edad de jubilación, la connivencia con las grandes fortunas y los
bancos, las listas cerradas con imputados, sus privilegios, su
corrupción, las pensiones vitalicias para parlamentarios y senadores,
las cargas policiales contra ciudadanos pacíficos o la infiltración de
policía en el movimiento 15 M y en las manifestaciones.
Más indignado porque una carga policial desmesurada contra esos
ciudadanos que dejó un balance de más de 120 heridos no fuera
respondida con la misma contundencia por esos políticos y prensa que
ahora hablan de ataque intolerable a la democracia.
Más indignado y escamado porque no entiendo que se desalojara a
porrazos la Plaza de Cataluña para dejar hueco a los futboleros pero
para dejar hueco para que pasaran los parlamentarios la policía no
fuera capaz de hacer un pasillo.
Más indignado y escamado porque eso ha permitido espectaculares
imágenes de parlamentarios llegando en helicóptero con las que desviar
la atención y convertirse en víctimas de una persecución.
Más indignado porque lo han conseguido, han conseguido que sólo se
hable de la violencia de una minoría y el helicóptero de la otra
minoría, a lo que se ha dado una importancia desorbitada, ocultando lo
realmente importante, la razón por la que dos mil personas trataron de
cortar el paso sin usar la violencia a los parlamentarios catalanes,
la razón por la que esos parlamentarios iban al pleno: nuevos recortes
sociales, una vez más recortar a los que más sufren la crisis mientras
los principales causantes siguen impunes. Más indignado porque no
recortaran en helicópteros para evitarse pasar con sus coches
oficiales por delante de los gritos de los manifestantes.
Más indignado porque el Consejero de Seguridad, Felip Puig, que
calificó de “éxito policial” la carga de los Mossos d’Esquadra contra
los manifestantes de la Plaza de Cataluña, ahora presuma ufano de que
él ya había advertido de la violencia de los indignados.
Más indignado de que nadie le recuerde que los más violentos han sido
los policías que él dirige y nadie le pregunte por qué infiltra
policías que no saben infiltrarse en las manifestaciones, generando
más tensión y violencia, en lugar de prevenirla.
Más indignado de que se llamen “demócratas” los que infiltran policías
para vigilar al ciudadano, que se llamen “demócratas” los que llevan
listas cerradas y acogen imputados en ellas, los que dicen que la
democracia es ir a votar cada cuatro años, que se apropien de la
palabra “demócratas” como si los demás no lo fueran.
Más indignado porque los dos partidos mayoritarios de este país a los
que se les llena la boca con la palabra “democracia”, llevan tres años
obstaculizando la renovación del más alto tribunal de esa democracia,
el Tribunal Constitucional, incumpliendo además la propia normativa de
la institución y sus propias obligaciones como partido.
Más indignado porque hicieron lo mismo con la renovación de ciertos
cargos del Senado. Más indignado porque esos mismos partidos que
incumplen las leyes del sistema, se atrevan a llamar “antisistema” al
15M.
Más indignado porque los que pactan con los bancos, les dan dinero, no
les piden responsabilidades ni les ponen límite en sus especulaciones,
llaman “anti-sistema” a un movimiento que busca un sistema mejor.
Como ciudadano que me siento representado por las propuestas, la
indignación y el espíritu del movimiento surgido el 15 de mayo, a
título personal me manifiesto contra cualquier tipo de violencia
dentro de ese movimiento porque creo firmemente que “sin violencia
somos más”. Pero aunque no justifico, sí entiendo que se pierdan las
formas ante la sordera violenta de la clase política, que carece de
clase y de políticas, y ante la violencia física de la policía que les
defiende a palos. La sentencia está en la calle el próximo domingo
19-J, nueva cita de los políticos con el jurado popular.