{Texto de: Miguel Torija}
En ese caso serían comprensibles las palmaditas en la espalda que, desde las altas esferas económicas, no para de recibir el ejecutivo español. En apenas un año el gobierno de Rajoy ha conseguido llevar a más de un millón de españoles al abismo del paro, para alcanzar la insoportable cifra de 6.202.700 parados. Hemos pasado de un alarmante 20% de súbditos por debajo del umbral de la pobreza a un insostenible 30%. Todo un logro.
{{{ pasaremos de súbditos a esclavos.}}}
Dicen que estamos ya tocando fondo. Creo que lo que quieren decir con eso es que pronto estaremos preparados para asumir un cambio de estatus, un nuevo cambio. Hemos ido pasando, en las últimas décadas, de ciudadanos a consumidores, de consumidores a consumistas y de consumistas a súbditos. Pronto se alcanzará el último estado de esta evolución y pasaremos de súbditos a esclavos.
El nivel de desesperación -dócil desesperación, pero desesperación- al que ha llegado una gran parte de la masa laboral española (parados de larga duración, jóvenes que a los 25 años no han conseguido todavía su primer empleo y mayores de 45 años a los que no paran de decirles que no volverán a trabajar) va a permitir que acepten cualquier condición a cambio de volver a trabajar.
Ya se comienza a hablar de instaurar contratos “sin cargas sociales”, es decir, empleos que no coticen a la seguridad social, que no computen para la pensión, que no aseguren cobertura sanitaria… Los minijobs van a parecer la panacea al lado de esta nueva perversión laboral.
{{{ con la tapadera de reducir el déficit, las políticas neoliberales están logrando laminar los derechos sociales para que todo vuelva al punto de partida.}}}
El estado de bienestar está en el punto de mira, comienza a quedar claro que ha sido el objetivo de esta crisis. Europa lo había alcanzado después de un esfuerzo descomunal y había demostrado que era posible sustentarlo. Su propagación era, es, una amenaza. ¿Qué pasaría si los trabajadores explotados de todo el mundo se enteraran de que es posible un modelo social como el que los trabajadores europeos están disfrutando? Si esos trabajadores comenzaran a reclamar ese modelo, sería una hecatombe para las cuentas de resultados de las grandes multinacionales que basan sus beneficios en la explotación laboral en el tercer mundo. Por eso, con la tapadera de reducir el déficit, las políticas neoliberales están logrando laminar los derechos sociales para que todo vuelva al punto de partida.
{{{tenemos que decidir entre agradecer que nos conviertan en esclavos o rebelarnos y volver a recuperar derechos, igualdad y dignidad.}}}
Quizá sea cierto que estamos ya tocando fondo, que estamos llegando al punto de inflexión de la crisis. Pero, si seguimos así, no será el punto más bajo de una parábola, será el punto de inflexión de una sigmoide y la curva en vez de rebotar y comenzar a subir comenzará, rápidamente, a hundirnos en el fango de la desprotección social y la desigualdad. Estamos en ese punto de inflexión y tenemos que decidir entre agradecer que nos conviertan en esclavos o rebelarnos y volver a recuperar derechos, igualdad y dignidad.