En mi segundo campamento de jóvenes como acampado, compartí tienda con Salvi, Danny (al que conocí el septiembre anterior en el Parlamento celebrado en Mallorca), José Tomás y David G. Pacheco (a los que no conocía aún).
Tres madrileños (de la mítica Vallecas, creo recordar?) que venían por primera vez a Quintanabaldo, más un sevillano y un mallorquín que ya llevaban unos cuantos (el de Salvi creo que fue el último como acampado…)
Nuestro profesor fue Martin Esguerra, un misionero del cual supe hace poco que se ordenó sacerdote y vive en Nueva York.
No puedo más que decir que tuve una suerte inmensa con todas esas personas, todas ellas extraordinarias a nivel humano. Y todos acabamos siendo profesores, quién nos lo hubiera dicho entonces!